Ella escuchaba a través de las paredes sus latidos, sentía su respiración, palpaba el tacto suave de sus sábanas azules de algodón... Y su pulso se aceleraba, sus pupilas se dilataban, se ponía nerviosa, se quedaba muda, torpe y despistada. ¿Era aquello amor?, ¿qué era aquello?, ¿era real o era fruto de su imaginación? No lo sabía, no sabía nada una vez más. Se lamentaba no tener las agallas suficientes como para plantarle un beso la vez siguiente en que le viera, se removían sus entrañas por no comprender el lenguaje abstracto de sus señales. ¿quién era ella?, ¿qué lugar ocupaba en su corazón?, ¿acaso ocupaba un lugar o era una simple imaginación? No era tan incomprensible pensar que con un solo abrazo de su amado se diluyeran todos los miedos que continuaban acumulándose bajo su cama, bajo esa cama de flores rosas y patas de madera. Ella lo pensaba a menudo y también muchas cosas más. Pensaba en raptarle, en comerle, en colmarle de ilusiones, en sonreírle, en abrazarle, en hacerle el amor. Lo pensaba en todo en cuanto hacía y en cualquier momento del día. Lo pensaba por la mañana, por la noche, mientras estudiaba, cuando caminaba por la calle, a la hora del café, acurrucada en su cama...Y de tanto pensar se le escapaba el tiempo y de la misma forma se entretejían sus sensaciones con hilo rosa formando un cuadro, uno de esos que están formados por un montón de retales, de ideas, de confusiones y de desvelos...
Quizás en un tiempo, pensando...quizás alimentando la falsa idea de que un día él le dijera que también le quiere y que le desea...tanto o más como ella le desea a él... y le rompa en tres mil o cuatro mil retales más otra vez... pensando por no hacer otra cosa mejor que pensar, pensaba en él.
(te pienso mucho, demasiado)
qué lindo!
ResponderEliminarMe ha encantado.
ResponderEliminarDeluxe.
Un saludo
www.gramofonoenlared.blogspot.com
:)
"Verá, mi pequeña Amélie, usted no tiene los huesos de cristal. Podrá soportar los golpes de la vida. Si usted deja pasar esta oportunidad con el tiempo su corazón se irá volviendo seco y frágil como mi esqueleto. ¿A qué espera? Ande, vaya a por él."
ResponderEliminarPues exactamente eso, es lo que le diría el hombre de cristal a Ales...
Adelante! no le dejeas escapar porque no hay nada peor que lamentarse de lo que no hiciste, pensando en lo que "hubiera podido ser"....sé de lo que hablo porque lo vivi en mis propias carnes.
ResponderEliminarSuerte!
bonito, más que las palabras...
ResponderEliminarbicos
aaaay maaadre! qué bonito!
ResponderEliminarales!!!
ResponderEliminarel texto es brutal!!!
eres simplemente genial!
un besooo!
Ales...una manta de retales producidos por algún daño en el pasado...Esa manta de patchwork no la volverá a estropear nadie...
ResponderEliminarSe ha convertido en una manta con la que seguro que alguien sueña con ser arropado y enredarse con ella bajo su tacto...
Asi que ve a por tu Nino...