Las diez y cuarto de la noche. Tengo sueño, estoy cansada. Los estados de incertidumbre y de nervios me matan, me dejan sin fuerzas. Ahora todas mis energías se centran en el trabajo, en poner en marcha un gran sueño, en perseguir una meta que me convierta en aquella persona que siempre he anhelado ser, hasta la fecha. Ya no hay gusanos en el estómago, eso era algo temporal, como siempre. Ya no hay mariposas revoloteando por mi cabeza, eso era algo pasajero, como de costumbre. Ahora la maraña de deseos y de perturbaciones está todavía más enredada. No consigo fijarme un objetivo, todos tienen alguna traba, alguna astilla, alguna historia. Todo tiene algún freno, algún compromiso, alguna peculiaridad que hace que me mantenga distante, pero ya no a la espera, solo a la distancia. Yo no puedo esperar a que nadie me ame en algún momento, yo no puedo esperar a querer a alguien en algún instante. No sé, quizás no es época de amores intensos, grandes y apasionados. Pero tampoco es tiempo de aventuras esporádicas, traviesas y sugerentes. Joder, no sé en qué me estoy convirtiendo. Estoy apática pero tremendamente ansiosa. No lo entiendo, no lo entiendo. Y quizás es por aquello por lo que los demás tampoco me comprenden a mí, de momento.
Deberían vender príncipes azules por horas en las máquinas expendedoras.
Yo soy una clienta POTENCIAL. (eso es lo que me temo)
Deberían vender príncipes azules por horas en las máquinas expendedoras.
Yo soy una clienta POTENCIAL. (eso es lo que me temo)
Uy, tranquila, lo que te pasa es fácil de entender, pero no de solucinar.
ResponderEliminarEn algún momento encontrarás algo, al menos eso es lo que dicen siempre,.
genial, simplemente...
ResponderEliminarnice picture!
ResponderEliminarvisit my blog!(and maybe follow me, if you like it ofcourse!)
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