sábado, 1 de enero de 2011

Si pudiera pedir un deseo para este 2011, no sé que tipo de deseo sería. Llevo tanto tiempo luchando por tantas cosas que supongo que, con tal de que algunas de ellas se hagan factibles, ya sería todo un verdadero logro. Un verdadero deseo cumplido.
Rodearme de los míos, atesorar recuerdos, recopilar sonrisas y enredarme entre las sábanas... con eso y con sentir las mariposas dentro del estómago cuando le tengo a escasos centímetros me conformo. Y seguir trabajando duro y con tesón por todo aquello que verdaderamente creo firmemente. Porque los milagros no existen y porque no somos capaces de cambiar el ritmo de las cosas a nuestra propia conveniencia. Hay que luchar, seguir y no tirar la toalla. Tirar la toalla es muy fácil, la metes dentro de la basura y ya está. Pero luego que, siempre tendrá que haber alguien que tenga que recogerla.., siempre que lo hacemos es porque sabemos que hay alguien que será capaz de traérnosla de vuelta... Y eso es muy egoísta. Las cosas hay que pensarlas, hay que rumiarlas, no podemos esperar a ver las reacciones de terceros. Eso no está nada bien. Nosotros mismos somos nosotros. (Y nadie más).
Feliz nuevo año.

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