Click.

Se me funden los plomos y se me dispara el automático. Es una causa-efecto cotidiana en mi vida. Nunca consigo controlar mis emociones, lloro cuando no tengo que llorar y sonrío cuando no debo sonreir. Nunca cambiaré. Quizás sea algo que me caracteriza, quizás sea un grave defecto que deba corregir.
Mis estados son totalmente imprevisibles, pero son totalmente francos. Y me martilleo la cabeza con ilusiones falsas y recuerdos electrocutados. Me quemo.



Me voy a la cama, creo.