miércoles, 22 de julio de 2009

Fragil


Tengo un caparazón de cristal, de cristal traslúcido.Y ultimamente ese cristal se resquebraja con la mínima vibración, con el mínimo sentimiento que vibra dentro de mi ser.
Mi imagen dura y autosuficiente no es tal, es simplemente una marioneta que zarandear en todo aquel momento en el que mi verdadero yo no quiere salir a escena, porque tiene miedo, porque no está seguro de interpretar bien el papel que en esta vida le ha tocado representar...Y a veces esa marioneta se muestra hostil, implacable, hiriendo la sensibilidad del público que contempla la obra... Y yo, que observo entre bambalinas, me derrumbo, me hecho a llorar, me siento infinitamente vacía y desencajada...por todo aquel desbarajuste que mi marioneta a ocasionado. Y reniego de ello, pero no puedo. No es algo que me haga feliz, si no todo lo contrario. Ya estoy harta de tener que ir arreglando los desperfectos que voy ocasionando a mi paso, al no tener las suficientes agallas para ser yo misma, para mostrarme limpia, animosa y terriblemente sensible.
En el pasado hubo malas experiencias y por eso decidí cambiar y mostrarme implacable, fría y egoísta, en lo que cabe...pero no hay un punto intermedio. No lo hago bien, porque no soy así, porque tengo muchos miedos y porque presiento que no disfruto de la vida y me da pánico.
Me da pánico herir los sentimientos de terceros y , de un tiempo a esta parte, ésto es lo único que consigo. Solo hago daño y yo me hago más daño todavía a mí misma.
Y mi pregunta es la siguiente ¿cuando voy a ser capaz de controlar ese caparazón de cristal?, ¿cuando voy a dejar de interpretar un papel que no quiero interpretar?.
Miedos tenemos todos, no se porque me muestro tan reticente a la hora de mostrar los míos,... no me ayuda en nada, en absoluto.
Es hora de que me deje llevar, es hora de que me deje querer, es hora de no pensar ya tanto en el futuro y en los sueños y vivir un poquito más el presente que se me está escurriendo entre los dedos.
Quiero decir adiós a esa puñetera marioneta que un día invente sin querer y que me está causando incendios en mis entrañas.
Yo no soy así y no entiendo porqué no soy capaz de entenderme tal y como me muestro, de quererme sin superficialidades. No lo entiendo. Me canso. Me agobio. Me duele.


Dog. El perro del mar.

2 comentarios:

  1. Si es doloroso. Olvida ese público, ahí solo eres tu. Me siento identificada con lo que has escrito. Saludos.

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  2. Sal a escena sin maquillajes, sin hilos que te dirijan ni que dirigir. No más muñecos de trapo.
    Un paso, otro. Mira, ya estás en escena. Abre los ojos y habla sin miedo. Tu verdadero tú ya está bajo los focos. Sonríe. Lo que tenga que pasar será.
    (Yo compré abundante loctite para cuando se rompe el corazón o los cachicos de alma rota se cuelan por las tripas)



    (Adoro El perro del mar)

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