domingo, 14 de noviembre de 2010

En ocasiones parezco estar narrando mi propia vida, como un testigo omnisciente, que lo sabe todo sobre mí o incluso más de lo que simplemente yo pueda ver a simple vista. Otras veces me reinvento, como si todo pudiese cambiar de algun modo, como si todo pudiese sonar distinto en boca de otros, o parecer diferente u ocurrir de distinta forma. Pero no. Me escucho en silencio desbozando palabras y sonriendo por la forma en la que lo hago. No sé si la gente acostumbra a hacer lo mismo, pero las palabras escritas dichas en voz alta suenan distintas. Al igual que los hechos, vistos desde otros ojos, ocurren de forma desigual. Es curioso. Todo depende del punto de vista, del punto de distancia... de la distancia milimétrica que puede agrupar kilómetros y de las distancias kilometricas que pueden agrupar milimetros. Y en ocasiones parezco estar a escasos centímetros de ti y en tantas otras me da la sensación de que me encuentro a años luz. 








¿Por qué razón no podría robarte un beso en este preciso momento?
¿Por qué no puedo narrar una historia nueva?

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