qué ganas

Tratamiento de choque para mentes intrépidas, intentar creer que están en mi cabeza. Aquí no hay nada ya. Estoy de mudanzas, de despojos y de bolsas negras de basura hasta los topes. Qué ganas tengo de dejarlo todo limpio y despejado, qué ganas tengo de nuevos aires y de rellenarlo todo con libros, historias y fotografías en blanco y negro, de canciones y de ropa tirada por el suelo. Qué ganas tengo de largarme y sentirme invisible y desconocida (aún más si cabe). ¡Pero qué ganas! De no saber y de perderme, de ser pausada y de cederme en diminutas porciones de azúcar, de llevar las riendas y de imaginar que todo puede ser a mi manera. Qué ganas tengo de dejar de ser títere sin cabeza y de desmembrar cuerpos ajenos con mi mente hasta convertirlos en inservibles piezas, de ser traviesa e insolente y de ladrar a esos gatos que ya no son tan independientes. ¿No os parece una idea estupenda? (Me dan escalofríos placenteros tan solo de pensarlo...) Qué ganas tengo de esfumarme y de olvidar toda esa porquería que ha estado acumulándose en el alféizar de mi ventana por el temor a abrirla, qué ganas tengo de compartir mis sueños con aquellos que prefieran un sentimiento entregado a un sucumbir de mera cobardía... y de que se enteren de una maldita vez de que no estaban en lo cierto...¡Qué ganas tengo, qué ganas tengo!

(y cómo me gusta ser jodidamente enrevesada...)
(teme)
( y olvidaos de mí, porque ahora soy yo)