De dos cabezas y cuatro brazos y cuatro piernas. De noches incandescentes. De tener el deseo irrefrenable de plantarte un beso pero andar con los pies plomo. De tener el miedo de que quizás en el fondo no sea más que algo pasajero. De tener el miedo de que quizás en el fondo sea algo más que duradero. Y de qué más, de poderte abrazar. De poder adivinar a qué sabe ese sorbo de cerveza en tus labios. Yo que sé, son muchas cosas juntas y un poco revueltas. Son muchas pequeñas cosas que no sé de qué forma adoptar.
Y de poderte observar mientras duermes la siesta.
Y de hacer inmensas las cosas pequeñas.
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ResponderEliminarcreer en el poder de las pequeñas cosas es algo inexplicable
ResponderEliminarEl amor no es lógico, es inexplicable...
ResponderEliminarLas cosas pequeñas las empiezas a valorar el doble con un corazón arropadito, déjate los pies de plomo para cuando cruces puentes de madera sobre rios infectados de tiburones, ahora coge tus alas.
ResponderEliminarEspero tu playlist de Diciembre.. tengo sed de nueva música, especialmente ahora, que tus garabatos reflejan un poco mi estado de ánimo.
ResponderEliminarUn abrazo!
No me puedo sentir más identificada con esta entrada!!!
ResponderEliminarMe encanta tu blog, sigue asi!