domingo, 19 de diciembre de 2010

No me pregunto porque me da miedo preguntarme.
No me preguntes, porque mi única respuesta consiste en besarte.
Y también me da mucho miedo no saber cómo abrazarte.
O cómo sentirte.
O cómo ausentarme.
No me pregunto porque no sé que demonios preguntarme.
No me preguntes, porque mi única respuesta consiste en raptarte.
Y también me da mucho miedo no saber conquistarte.
O cómo percibirte.
O cómo adorarte.
No me pregunto porque me da pánico no saber explicarme.

Y puedo distraerte.
Y puedo equivocarte.

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