Una rutina embriagada de retales de sueños y de ilusiones. Tumbada en un jardín imaginario repleto de tulipanes, jazmines y lavanda. Una calada a un cigarrillo... Simplemente observando sobre el tronco de un árbol la tenue línea que dibuja la luz del sol a través de las hojas me condujo a un estado de exaltación sensorial entremezclado con nicotina, deseo, hormonas y sensibilidad.
Muchas veces me da por pensarte, por imaginarte aquí y ahora, o quizás en otro tiempo y en otra parte. Muchas veces me acuesto por la noche reinventando aquel beso que no sé si en verdad quise robarte una vez y que acabó robándome a mí. Me quitó lo poco que me quedaba y lo poco que todavía guardaba entre algodones para que nadie lo lastimara. Se apropió de mi cordura y de mis ganas. Se lo quedó todo. Y desde entonces ya no confío en poder presentarme ante ti de una manera más volátil o más cautivadora. Ya no sé nada. Y ya no puedo mentir, sólo puedo llevar en silencio lo que sé que por dentro me está quemando... Un te quiero pausado, de mirada al suelo y de un fuerte apretón de manos.
Pero NO PUEDO, ahora ya me da mucho más miedo.
olvidate de los niñatos y centrate en los hombres
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