lunes, 28 de septiembre de 2009

La orquesta.


Un instante, el sonido. Un pálpito alarmante cuando aleatoriamente suena una melodía que acelera el ritmo que marco con los pedales. La cadena desengrasada chirría marcando el compás y yo simplemente escribo las notas para esa humilde sonata de piernas intrépidas. Tambores de aluminio y charcos de agua haciendo las veces de platillos...
Un instante, la humedad. Un aire frío y solícito despeina mi flequillo enredándose por mi cuello hondeando mi pañuelo verde, bailarín incansable,...
Un instante, la luz. Un destello fugaz serpenteando la noche de otoño que aparenta primavera. La luna directora de la banda. Los semáforos el gran público que aplaude fervientemente. El gran escenario de la ciudad se postra bajo mis pies...La obra ha terminado.... Orquesta noctámbula. Alegría imperturbable.



Y la culpable de todo esto ha sido Florence & the machine. (imprescindible)
Y sobre todo ésta canción: Cosmic Love.







(lloro de la emoción,...)


(cierra los ojos e imagínate pedaleando o corriendo mientras suena la melodía, es algo increíble, es como un arrebato de pasión descontrolada,...y yo necesito un arrebato de ese estilo, urgentemente,...LO!)

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