martes, 26 de octubre de 2010

No sé. Viniendo hacia casa he sentido el deseo de que alguien me agarrara la mano muy fuerte, tan fuerte que incluso llegara a dolerme. Y ganas de correr y de dar besos a escondidas en algún portal. Y de susurrar algún “cállate que nos van a oír” y algún que otro “no seas tonto”. Me pondría incluso a bailar con las farolas. Estoy como rara, como que se me mezclan muchas cosas y tengo un deseo ferviente de que alguien me despierte ya. Pero alguien en especial. Ains... qué queréis, soy una peliculera.  Esas cosas no existen, no pasan. Cada uno lleva su maldito lastre a la espalda. Yo estoy harta. hay que despertar de una vez. Joder, soy una persona coherente, con sus cosas, como todos, pero con muchas cosas positivas que poder aportar... Aunque al final se limite a una mera sonrisa o un mero baile... pero ya es positivo. Perderme fantaseando ya es un hecho, ahora la genialidad reside en que fantaseen conmigo. Yo me puedo inventar tantas historias... Y ya no sé si lo mío es por cabezota o porque realmente me gusta lo más imposible o lo menos viable. No sé si me gusta el riesgo o simplemente curioseo de la misma forma que curiosea un gato. Me conformo con una canción de Belle and Sebastian...pero con una de esas bonitas.


En fin. Mañana cuando lo relea me parecerá absurdo.
Como siempre.

3 comentarios:

  1. A veces es cruel no contar con el apoyo afectivo de seres especiales que comprendan-hagan sentir bien. Digo a veces porque en mi caso lo normal es huir de tales muestras (para absurdo..)

    ResponderEliminar