jueves, 13 de agosto de 2009

Notas


Encontrar un rinconcito apartado donde poder tejer telarañas de besos y caricias impronunciables. Enmarañarme en tu propia saliva, sabiendo que una presa como tú no está al alcance de cualquiera, ni mucho menos del mío...pero sigo en mi ardua tarea de hilos con formas geométricas, creando una obra sin par, auténticamente mía, para recibirte de la mejor manera que me es posible. Quizás todavía no te hayas asomado por este humilde escondrijo, quizás lo habitaste hace algún tiempo,..no lo sé y es demasiado pronto para saberlo. Si yo lo supiera,... No concibo el tiempo sin amor, ni el amor, sin miedo. Por eso ando siempre temerosa en cuanto veo que algo se aproxima, por eso fabrico paredes de celofán, frágiles y relucientes, puesto que son más faciles de reponer cuando alguien las rompe, cuando alguno juega a quererme sin quererme, ni tan siquiera a odiarme, que es peor,...y llevo unas cuantas reformas,... Avisame cuando llegues y si no estoy, dejame un nota que demuestre que por lo menos lo has intentado y que has venido a buscarme para sacarme de este pequeño habitáculo donde desde hace bastante tiempo yo duermo.
Mandame una nota.
Inténtalo, se valiente. O al menos más que yo.



None of the above. Paper Bird

2 comentarios:

  1. Estamos en la cultura del juego...
    y jugar a querer es uno muy extendido

    ResponderEliminar
  2. De pequeño, en el pueblo, ese continente donde la casa de la te hablé antes, salía a buscar moras en la bicicleta que mi primo me regaló. El mismo me enseñó a montar en ella. Bueno, a montar y a levantarme. Una de las primeras tortas fue a los pies de una bella señorita, que me miró mezclando de manera heterogénea la lástima, la indiferencia y la incredulidad.

    ¡Qué imagen! Quizás por eso que me asustan las mujeres y su lógica de pies que caminan combinando un paso lateral con un paso frontal carpado. Miedo, miedo es pues la palabra a considerar. ¡Ay que ver las cosas que hacemos por miedo! ¡Supervivencia! Dice el gen gritando…

    Sin embargo, le mandaremos callar. Quiero pensar, otra cosa.

    “No concibo el tiempo sin amor, ni el amor, sin miedo”

    Es cierto, que el amor suele ir acompañado del miedo, de ese magnífico pellizco que te hace sentir vivo, ese pellizco que asociamos a la pasión. Amor, amor verdadero que es sueño. Amor más pasión, y en la coctelera un poquito de miedo. Salen verdaderos presidios y peores pesadillas.

    Es hermoso e intenso ese amor, pero quiero pensar, que puede ser igualmente hermoso, o incluso más, un amor sin miedo. Me parece más honesta y libre la entrega y la renuncia, cuando no están de por miedo el miedo y la necesidad.

    Entonces todo lo que sigue, las paredes, que caen y luego se levantan, las ausencias, todo, se ve desde otra manera.

    Así me gustaría creerlo, así me gustaría obrar algún día.

    Gracias por la suavidad y la ternura de tu blog.

    ResponderEliminar