jueves, 19 de noviembre de 2009

Y es curioso.
Un día te levantas temprano, te duchas, desayunas unas magdalenas con un vaso de zumo y una buena taza de café, lees el periódico, te vistes, te maquillas, te pones el abrigo y sales por la puerta...
Bajas a la calle y coges la bicicleta, te pones música y te das cuenta...





Te das cuenta de que ya está. Ya ha pasado. Ya eres libre.
Así, de repente.





(Y me siento orgullosa)

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